Crear una infancia memorable no siempre es fácil, pero no tiene por qué ser tan difícil como podría pensarse. Puede que se sorprenda al darse cuenta de lo poco que hay que hacer para generar un recuerdo notable. A veces, todo lo que hace falta para esbozar una sonrisa es el simple entorno de la naturaleza, ¡con o sin compañía! La percepción del verdor y el aroma terroso de los árboles bastan para hacer feliz a cualquiera.
Entonces, ¿qué hace falta para conseguir unos días inolvidables para sus hijos?
Simplemente, ¡llévelos fuera! Ir al bosque o jugar en el campo con los amigos son algunos de los recuerdos más entrañables de la infancia para los adultos de hoy. Si piensa en un día de su infancia, es más probable que recuerde un día pasado al aire libre que un día pasado dentro de casa. Como se suele decir, ¡es muy poco probable que los niños recuerden sus mejores días de televisión!
Si te cuesta encontrar actividades al aire libre para entretener a los más pequeños, no te preocupes, estamos aquí para inspirarte. Primer paso: dirígete al bosque o quizá a un parque. A continuación, prepara un columpio de cuerda; no hay nada malo en columpiarse en un árbol. La sensación de volar entre las hojas mientras te balanceas es un gran estímulo para la imaginación. Tal vez seas Peter Pan camino de Nunca Jamás o la princesa Jasmine en una alfombra mágica. Eso es lo bonito de tu imaginación, puedes ser quien quieras o donde quieras. Para construir un columpio de cuerda, todo lo que necesitas es una cuerda fuerte de buena longitud, una buena habilidad para hacer nudos que garanticen la seguridad y un árbol firme y sólido.
¿Ya tienes un lugar en mente? ¿Hay un río, o tal vez un arroyo?
Si es así, ¿por qué no te traes las botas de agua y te das un chapuzón? El juego en el agua proporciona a los niños una alegría sin límites, al tiempo que fortalece y desarrolla su motricidad fina y su forma física, ¡al mismo tiempo que es educativo y divertido! Cuando un niño se asocia con el agua, su instinto natural es explorar y descubrir, de ahí que tienda a saltar en los charcos. No te preocupes por el barro y la suciedad, ¡forma parte de la diversión!
Cada vez que echas un vistazo al aire libre, se te multiplican las oportunidades. Usa tu imaginación para generar actividades con las que tus hijos puedan divertirse. Sugiérales que trepen a un árbol, un árbol que no sea demasiado alto y que usted pueda supervisar en todo momento. Trepar a un árbol es ventajoso para desarrollar la fuerza muscular y la autoestima del niño. Es un movimiento que requiere el uso de todo el cuerpo, lo que desarrolla el equilibrio y la capacidad de coordinación. Una vez que los niños alcanzan la altura a la que quieren trepar, suelen sentirse gratificados y realizados.
Aunque la tecnología actual es realmente extraordinaria, no es comparable a una aventura al aire libre. La exposición a la naturaleza no sólo te hace sentir mejor emocionalmente, sino que también contribuye a tu bienestar general y físico. En cambio, consumir demasiado tiempo de pantalla puede, francamente, hacer lo contrario a un niño. Así que anime a su hijo a trepar a ese árbol, déjele correr tan deprisa que se quede sin aliento, ríase cuando se haga un lío furioso por saltar a los charcos. Esos son los días que sus hijos recordarán.
Gracias por leerme.
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